El representante de un país que ha producido y sigue produciendo los peores dictadores que jamás haya visto nuestra región no puede darle lecciones a nadie.
El niño se ha convertido en un déspota en su relación familiar y su comportamiento se extiende al colegio y afecta a los profesionales con los que se relaciona.
Apenas traspasado el umbral de su vivienda, la anciana se enfundaba el uniforme de tirana y sacaba su látigo invisible para humillar al hijo hasta el extremo.