– Verá usted, señora… Yo había pensado cambiar el marrón por un negro bien brillante, salpicado con unas cuantas plumas blancas en el pecho ¿Qué le parece?
Entonces extendió sus oscuras alas para volar, y se remontó en el aire. Se deslizó sobre el jardín, como una sombra, y como una sombra cruzó el bosque.
La mayoría eran señoras que llevaban vestidos de seda marrón con canesú cuadrado y remate de puntillas, tocadas con velos moteados, y que se negaban a dejar la ventana abierta.
Después de repetir el acto varias veces, desaparecieron por un momento, y volvieron, trayendo un oso pardo y peludo atado con cadena y cargando sobre las espaldas unos pequeños monos de Berbería.
El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino.
Consígame un buen par de tijeras, dos metros de forro, media docena de botones de carey y un carrete de hilo marrón. Ahora mismo le tomo medidas y mañana por la mañana se lo tengo listo.
Era tan alto como mi papá, con una sonrisa dulce, ojos marrones, y… lo más importante, me invitó a bailar. Bailaba tan alegre que no me di cuenta de que un periodista nos tomó unas fotos.
，是谁
牙语第一册 
丘是一只黄毛老鼠，它
