Tales consideraciones pueden disuadir a los Estados de presentar nombres o aplicar sanciones con el rigor necesario, lo que socavaría la credibilidad y eficacia del régimen de sanciones.
¡Qué alboroto por la escalera, tan medrosa para ellos otras noches! —A mí no me da miedo de la montera, Pepe, ¿y a ti? —decía Blanca, cogida muy fuerte de mi mano.