Matar a un buey era un delito capital porque el animal ayudaba en el cultivo de la tierra, pero quizá hacerlo en forma de sacrificio aliviaba la culpa.
En la parte derecha de la pintura aparecen las mujeres que han llevado como ofrenda a la parturienta un cesto en el que distinguimos productos avícolas porque eran alimentos muy reconstituyentes.
En esta cuadrilla nosotros hacemos un homenaje a la Pachamama, porque ahora vamos a llevar las ofrenditas y vamos a ofrecerle a la Madre Tierra y darle gracias por lo que vamos a cosechar.
Los antiguos egipcios dejaban estos lupinos, parientes de los frijoles, como ofrendas en las tumbas y en el año dos mil antes de la Era Común ya se cultivaban los alrededores del Mar Egeo.