La verdadera escritura de palabras empezó en el año 3200 antes de Cristo en Mesopotamia, y fue la famosa escritura cuneiforme, cuyos rasgos parecían pequeñas cuñas.
Tres cartulinas dibujadas en lápiz y pastel mostraban desde distintos ángulos y poses a una modelo estilizada hasta lo irreal, luciendo el estrambótico modelo de la falda que no lo era.