Pero el coronel estaba pendiente del administrador. Lo vio consumir un refresco de espuma rosada sosteniendo el vaso con la mano izquierda. Sostenía con la derecha el saco del correo.
Me topé con un chaval vendedor de periódicos, y me endilgó unas proféticas hojas rosa que le sacaban a las noticias una ventaja de dos vueltas de la aguja larga del reloj.