Así, el acusado o imputado de un delito, cuando acude a un juicio, permanece sentado en un banquillo, donde escucha todas las pruebas y testimonios que asisten contra él.
El siguiente es el testimonio de una mujer a la que vamos a llamar 'Ana', una de las 85 mujeres que yo entrevisté en el transcurso de una investigación que hice sobre la violación sexual.
Tanto es así que cuando Ana llegó a mí, me dijo que no sabía si el testimonio de ella me iba a servir, porque no estaba segura de que lo que le había pasado hubiera sido una violación.