Podríamos revertir esta tendencia eliminando por completo esta extensión urbana que tantos recursos devora; pero así no es como las ciudades suelen desarrollarse de forma orgánica.
Ese año era el país anfitrión, y cuando en la final 175.000 personas estaban listas para celebrar el título, Uruguay les chafó la fiesta llevándose la victoria.
Por un lado, las alopecias cicatrizales, que destruyen por completo el folículo y por tanto son irreversibles, y por otro, las alopecias no cicatrizales, que son en muchos casos reversibles.
Estamos convencidos que este es un paso en la dirección correcta, que corresponde a los principios del derecho internacional, de las relaciones internacionales y a las tendencias ineludibles de nuestra época.