La pérdida de vidas humanas o la discapacidad causada por accidentes de tráfico resultan difíciles de aceptar, en particular sabiendo que pueden evitarse.
Los accidentes de tránsito, la invalidez física y las enfermedades mentales también plantean un importante problema para la atención de la salud pública.
Sabemos que la muerte de 1,2 millones de personas, por trágica que sea, es sólo la punta del iceberg del sufrimiento causado por los accidentes de tráfico.
La eficacia de las medidas en vigor, así como las que aún están por aplicarse, puede evaluarse por el mantenimiento de registros adecuados de accidentes del tránsito.
Los accidentes de tráfico han generado enormes gastos económicos y depositado una pesada carga en los servicios nacionales de salud, en particular en los países en desarrollo.