La cuestión de la trata de personas en Indonesia es actualmente como un iceberg, pues los casos conocidos no constituyen sino una pequeña parte del total.
Sabemos que la muerte de 1,2 millones de personas, por trágica que sea, es sólo la punta del iceberg del sufrimiento causado por los accidentes de tráfico.
Hay considerables economías y beneficios adicionales ocultos que hacen que los Inspectores opinen que las economías que acaban de estimarse representan apenas una mínima parte del total que podría lograrse.