En las economías en que los delitos económicos y financieros se aceptan socialmente como hecho habitual, la confianza de los inversionistas legítimos se ve gravemente disminuida.
La opinión más extendida es la de que es preferible que de la política se ocupen hombres, y muchas mujeres sienten que sus rasgos femeninos obstaculizan sus ambiciones políticas.
Si las caras, que son tan pequeñas, muestran tantísima variedad, no será extraño que haya grandes diferencias en las voluntades e inclinaciones de los hombres.