Por lo tanto, los hombres sentiremos Schadenfreude hacia personas cercanas y personas lejanas, y las mujeres sentirán un Schadenfreude muy intenso hacia las personas que envidian, sin importar el tipo de relación.
Así era discreta como bella, y era la más bella del mundo, y lo es, si ya los hados invidiosos y las parcas endurecidas no la han cortado la estambre de la vida.
Calla, digo, y no digas blasfemias contra aquella encantada señora: que de su desgracia y desventura yo solo tengo la culpa: de la invidia que me tienen los malos ha nacido su mala andanza.
Fui dél tan bien recebido y tratado, que desde luego comenzó la envidia a hacer su oficio, teniéndomela los criados antiguos, pareciéndoles que las muestras que el Duque daba de hacerme merced habían de ser en perjuicio suyo.
Pero, con todo eso, nos daría gran gusto el señor don Quijote si nos la pintase; que a buen seguro que aunque sea en rasguño y bosquejo, que ella salga tal, que la tengan invidia las más hermosas.