Debemos, como norma general, expresar repulsa pronta y eficazmente ante cualquier manifestación de extremismo de cualquier índole, bien sea política, nacionalista o religiosa.
Unidos debemos enfrentar a nuestros enemigos, la rabia, el resentimiento, el odio, el extremismo, la falta de ley, la violencia, la enfermedad, el desempleo, la desesperanza.