Se los explota para satisfacer los apetitos egoístas de un puñado de políticos irresponsables, sedientos de poder, y en ocasiones a sueldo de multinacionales ávidas de ganancias sórdidas y deshonestas.
El trato que representa, lo mismo que otras manifestaciones de un programa de trabajo multidisciplinar presentado a la Conferencia de Desarme en años recientes, contiene por fuerza elementos que no son del gusto de todos.
Aureliano Segundo se volvió gordo, violáceo, atortugado, a consecuencia de un apetito apenas comparable al de José Arcadio cuando regresó de la vuelta al mundo.
Sin embargo, la sopa del plato pequeño estaba justo a su gusto, templada, ni muy fría, ni muy caliente y, casi sin darse cuenta, se tomó el plato entero.
" Dígote, Lázaro, que tienes en comer la mejor gracia que en mi vida vi a hombre, y que nadie te lo verá hacer que no le pongas gana aunque no la tenga."
Causóme esto mucha pesadumbre, porque el gusto de haber leído tan poco se volvía en disgusto, de pensar el mal camino que se ofrecía para hallar lo mucho que, a mi parecer, faltaba de tan sabroso cuento.