Sostuve conversaciones con varios jefes de Estado y de gobierno, a fin de compartir las proposiciones chinas, consolidar la amistad y profundizar los consensos.
El Consenso de 1992, plasmación de este principio, define con claridad la naturaleza fundamental de dichas relaciones, por lo que constituye la clave para garantizar su desarrollo pacífico.
Y las diferencias de opinión no deben impedir consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro.
Como igualmente es esencial, de cara al futuro, que el diálogo y el entendimiento entre los grupos políticos permita preservar e impulsar los consensos básicos para el mejor funcionamiento de nuestra sociedad.
Debemos ser conscientes de la nueva realidad que nos impone el siglo XXI y ser capaces de alcanzar consensos cívicos y sociales que aseguren el gran proyecto de modernización de España.