Cuando la carga se pierde o daña en un puerto, lo probable es que el responsable sea una parte ejecutante (como pudiera ser un estibador o el empresario de una terminal de transporte).
La goleta de Riohacha acababa de llegar, y las cuadrillas de estibadores con el agua a la cintura recibían a los pasajeros en la borda y los llevaban cargados hasta la orilla.
En los días ordinarios era difícil dormir allí con los gritos de los estibadores y el estruendo de las grúas del puerto fluvial, y los bramidos enormes de los buques en el muelle.