Al comienzo, el aprendizaje del chino me desconcertó bastante no solo por su sistema fonético, sino también por sus particularidades gramaticales: no existe la conjugación verbal ni artículos de ningún tipo.
Según el factor geográfico, dentro de la misma España, hay notables diferencias: el español de Andalucía y Canarias se diferencia de las regiones de Castilla, y no solo en el aspecto fonético.
En concreto, en 1928 se instauró un alfabeto de 29 letras, siete de las cuales fueron modificadas de sus originales latinos para los requisitos fonéticos del idioma.
Intercambiar la R por la L es un fenómeno fonético, el lambdacismo, que consiste en pronunciar la letra L cuando hay una R, generalmente al final de una sílaba.
A diferencia de la mayoría de lenguas romances, el portugués de Portugal tuvo además dos grandes momentos de cambios fonéticos y, por eso, es tan diferente al gallego, al castellano e, incluso, al portugués de Brasil.