Siglos después en el Renacimiento, el sabio Leonardo da Vinci recomendaba el uso de paños húmedos sobre la boca y nariz para combatir las infecciones contagiosas.
Platero, en esta esquina de la calle de las Flores se ponían por la tarde los marineros, con sus trajes de paño de varios azules, en hazas, como el campo de octubre.
Anduvieron toda la casa y halláronla desembarazada, como he contado, y dícenme: " ¿Qué es de la hacienda de tu amo, sus arcas y paños de pared y alhajas de casa? "
Traía ansimesmo unos calzones y polainas de paño pardo, y en la cabeza una montera parda; tenía las polainas levantadas hasta la mitad de la pierna, que, sin duda alguna, de blanco alabastro parecía.