Hemos conseguido que casi 11.000 personas hayan podido hablar, porque estos niños tenían este problema pero sin nuestra actividad antes no habrían podido hablar.
La voz de las víctimas en las aulas facilita que los contenidos didácticos cobren una dimensión más humana y dejen una impronta más duradera en la memoria colectiva.
Además, una de cada tres mujeres está expuesta a violencia de género y durante la cuarentena los feminicidios y violencia sexual aumentaron en México, Argentina, Bolivia y Paraguay.