En el contexto de esa misma crisis, el servicio UNOSAT y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pusieron en marcha una iniciativa innovadora encaminada a encontrar agua potable subterránea en el Chad oriental para atender las necesidades de la creciente población de refugiados provenientes del Sudán.