Este principio, afirmado en la Ley Fundamental y retomado en la mayoría de los textos legislativos, aún sufre, lamentablemente, limitaciones en el plano práctico.
En los informes anteriores, ya se reseñaron las disposiciones de la Ley Fundamental relativas a la obligación impuesta al Estado de asegurar la igualdad entre los hombres y las mujeres en todas las esferas.
La Ley Fundamental asigna a los tribunales el cometido de proteger la vida, la libertad, la dignidad, el honor, el patrimonio, las relaciones familiares y los demás derechos e intereses legítimos de los ciudadanos.
El preámbulo de la Ley Fundamental contiene una disposición general sobre no discriminación, y se refuerzan las disposiciones sobre la igualdad de tratamiento entre los hombres y las mujeres en materia de empleo y de trabajo.