Ambas noticias reflejan en toda su magnitud el cinismo y la desvergüenza que acompañan el actuar del Gobierno de los Estados Unidos y la falsedad e hipocresía de su pretendida cruzada antiterrorista.
Finalmente, señor don Álvaro Tarfe, yo soy don Quijote de la Mancha, el mismo que dice la fama, y no ese desventurado que ha querido usurpar mi nombre y honrarse con mis pensamientos.