El negocio de repostería y animalitos de caramelo, que Santa Sofía de la Piedad mantenía por voluntad de Úrsula, era considerado por Fernanda como una actividad indigna, y no tardó en liquidarlo.
A pesar de no querer admitir una idea tan desastrosa para la felicidad de Jane y tan indigna de la firmeza de su enamorado, Elizabeth no podía evitar que con frecuencia se le pasase por la mente.
Eran tan torpes, que abrió con las uñas un surco de arado en las hortalizas y estuvo a punto de desbaratar el cobertizo con aquellos aletazos indignos que resbalaban en la luz y no encontraban asidero en el aire.
Las autoridades australianas no saben cómo tratar a los aborígenes y aprueban leyes “indignas” que agravan la situación “vergonzosa” y “abominable” en la que estos viven, denunció hoy en Sídney uno de sus líderes, Pat Dodson.
El antiguo sacerdote expuso a modo de ejemplo de medidas que calificó de “indignas” aquellas que otorgan a la administración pública el control sobre la vida de los aborígenes, como sucedió en el estado del Territorio Norte en 2007.