Miren cuánta y cuán lucida caballería sale de la ciudad en siguimiento de los dos católicos amantes; cuántas trompetas que suenan, cuántas dulzainas que tocan y cuántos atabales y atambores que retumban.
Y hay más: que no parece sino que el jumento entendió lo que Sancho dijo, porque al momento comenzó a rebuznar, tan recio, que toda la cueva retumbaba.
Entonces, for maron un círculo e hicieron un disparo de salva con una de sus armas, cuyo estruendo pudimos escuchar claramente y retumbó en todo el bosque.